Mi madre vino de visita a Barcelona, dos semanas después de mi llegada, para cerciorarse que tenía un techo que me cubriera, comida qué comer y una cama dónde dormir… Se fue muy satisfecha al saber que estaba bien equipada de las dos primeras y que estaba resuelta con un conato de la última (es que esa cama de IKEA, coño de la madre).
Pero ustedes deben saber algo de mi madre: pues es como todas las demás, que te ama incondicionalmente, se preocupa por ti hasta el punto de ser un fastidio, te regaña, te mima… Bueno, es una mamá, PERO esta es de las que dicen “Te hace falta un poco de maquillaje, porque hoy amaneciste horrorosa.” Bueno, a lo mejor exageré un poco, pero solo un poco. Cosas que sí me ha dicho mi madre:
-Aquí tienes los reales para que vayas a la peluquería.
-Esa vez que te caíste en preescolar como que sí te dejo la nariz medio choreta.
-¿Te peinaste?
-Mírate, pero si ya tienes celulitis, qué horror (Pues es que esta mujer tiene 62 años y ni un gramo de celulitis… coño de su madre).
Pues, debo decirles que mi mamá también se llevó la satisfacción de que ya la celulitis y la piel de naranja comenzaron a desaparecer de mis piernas. ¿Qué tratamiento mágico hice para obtener tan buenos resultados en dos semanas? Pues me mudé a Barcelona en pleno verano.
Yo nunca antes había visitado Barcelona. Así que esto fue una rara mezcla de ser turista y a la vez habitante en la ciudad. Lo que en principio pensé que eran caminatas al Corte Inglés para comprar toallas y aprovechar para conocer la Rambla de Brasil y la Diagonal, no era con motivos de conocer, es que sale mejor caminar. Lo que pensé que era una excursión para el Carrer de Sants y aprovechar para comprar sábanas, era en realidad que sale mejor caminar. Conclusión: en Barcelona se camina y mucho.
No, no me malinterprete. Aquí sí hay un sistema de transporte público que funciona y molt bé. El problemita reside en que incluso si decide coger el metro, prepárese para largas caminatas dentro de él. Esto tiene una explicación histórica, y para evitar lectores indignados, pues les recomiendo esta página para que lean la historia del Metro:
http://www.transportebcn.es/METRO/reportaje/57/breve_historia_metro_1920_2010.html
(No es una página que pertenezca a ningún organismo oficial, pero coincide con las 3 palabras que publicaron en TMB y lo hace a mayor profundidad). Y esto no incluye las tarifas, que son otro motivo para decidir que es mejor caminar.
Long story short, el Metro de Barcelona es tan antiguo como podría serlo el de París, pero no lo desarrollaron con la misma rapidez, por obvias razones, y cada estación que tenga enlace de al menos dos líneas ya parece un hormiguero porque esa era la mejor forma de construirlas entonces y no la cambiaron a lo largo de los años. La transferencia de Capitolio en Caracas, quitando al gentío, es un chiste al lado de cualquiera que pueda haber aquí en Barcelona. Si se trata de tomar un autobús, pues son tantas líneas que es difícil conseguir la que te lleva a casa, a menos que tengas un smartphone encima y puedas consultar la página de TMB.
Entonces, retomando el tema, esas dos semanas que mi madre no estuvo aquí caminé y caminé y caminé. Además, Barcelona queda como en una bajada con un ángulo bastante respetable. Así que la cinta para trotar, el orbitreck, y cualquiera de estas máquinas se quedan cogiendo polvo hasta el invierno, ya que se puede hacer el mismo ejercicio mientras se contempla a los edificios espectaculares en el Passeig de Gràcia, o las vistas hermosas de la ciudad en Parc Güell, o el mar mediterráneo en Icària o la Barceloneta, sin mayor riesgo.
Así que esta es una recomendación para las chicas: ¿quieres bajar de peso, deshacerte de la celulitis y tonificar piernas y glúteos? MÚDATE A BARCELONA EN PLENO VERANO.
Una de las cosas que más me gustan de Barcelona es poder ir caminando a todas partes. A veces tengo que ir de un sitio a otro (por ejemplo, de Paral-lel a Plaça de Espanya) que solo son dos paradas de metro y casi que llego antes si voy caminado... Y no digamos cuando hay que hacer transbordo. Además con el tiempo que está haciendo estos días es un placer dar un paseito.
ResponderEliminarLa verdad es que en estos días, el clima se ha puesto un poco más amable para los tropicales que vivimos aquí.
ResponderEliminarRecuerdo el día de la Mercé, que quisimos comer y tomar algo antes de regresar a casa. Caminamos por el C/ de Sants y cuando nos dimos cuenta que el metro funcionaría toda la noche, aprovechamos para montarnos en Plaça de Sants porque andábamos con un bebé en su cochecito... Mejor que no... ¡Tuvimos que dar una vuelta horrible dentro del metro, que ni te imaginas! ¡Y todo para dos tristes estaciones de metro!